martes, 10 de febrero de 2009

Comentarios sobre Galdós

Benito Pérez Galdós: Lo prohibido no es una obra menor
Lo prohibido es una novela no tan conocida como otras del mismo del autor, pero no por eso de menor calidad. A mí me gusta muchísimo, la he leído ya varias veces y siempre he encontrado motivos para volver a emocionarme.
Es la segunda vez que leo este libro. Según la crítica es su obra más naturalista, dice muchas cosas, en la actualidad algún autor describiría esos hechos en clave pornográfica, pero Galdós, que no se recata en narrar adulterios, pasa con mucha discreción sobre los actos fisiológicos que esas actuaciones comportan. En este libro no se mete con la Iglesia y no hay ningún personaje verdaderamente fanático que haga el mal a otros como en el caso de “La familia de León Roch”, o “Doña Perfecta”. La familia y los amigos tienen sus vicios, pero son humanos y el protagonista es querido y atendido por todos ellos cuando llega la hora de la verdad. Éste es un hombre que no se arredra ante nada para seguir sus instintos. Normalmente no tiene problemas para conseguir lo que se propone, pero no es constante y, cuando lo que quería, ya lo ha conseguido, le dura poco el entusiasmo y se fija en aquello que más le está vedado. Dice que sólo quiere lo prohibido y, en este caso, lo prohibido siempre lo estará para él porque se encuentra con una persona sencilla, nada remilgada, pero que sabe lo que quiere y dónde está su puesto. No la puede tentar con riquezas porque no las ambiciona, disfruta con conseguir las cosas a base de sacrificios. El matrimonio es víctima de la calumnia y aunque ni ella le ha faltado, ni él ha consentido, sufren las consecuencias. Por fortuna los dos son sensatos y se mantienen unidos. Son buenos y, cuando su perseguidor los necesita, lo atienden abnegadamente en su terrible enfermedad. Los dos personajes están muy bien retratados y a mí me parecen entrañables. Las dos hermanas, que desprecian a la pequeña, no le llegan a la suela del zapato. Una está tan dominada por el lujo, que no duda en venderse sucesivamente a varios hombres, con tal de continuar y ampliar sus desmedidos derroches. Llegó un momento en el que comprar todo lo que se vendía en las tiendas caras no le parecía suficiente porque eso lo podía conseguir cualquiera con dinero, ella quería cosas exclusivas como un Rembrant o un Velázquez, etc. A pesar de este descarriamiento, la mujer tiene sentimientos y no duda en venderse a un tipo que le era especialmente repugnante, había confesado que prefería entregarse a un batallón de soldados antes de caer en las garras de ese orangután, a fin de conseguir el dinero que le faltaba al primo para saldar sus apremiantes compromisos. La otra hermana tiene menos papel, es más vulgar. Se siente muy satisfecha de cómo es, de los bienes que posee, de su marido, hombre práctico, pero menos atractivo que el primo, que, en el fondo, es el que la atrae de verdad. Podríamos decir que es una hipócrita. No tolera, no quiere aceptar que su hermanita, un poco loca, muy inferior a ella, haya podido resistir los envites del seductor. No obstante, también ella acude a salvar al primo con lo que puede reunir, eso sí, previa firma de un recibo en el que no le exigirá intereses.
Galdós tiene frases muy atinadas a lo largo de la obra como el sentimiento que expresa el protagonista después de aceptar, bien es verdad que a la fuerza, el dinero del deshonor: algo así como “es duro recibir un favor y no poder agradecerlo”; o el dicho de Camila a su intento de no expresar sus pensamientos: no los dices pero los tienes. Él se da cuenta de este hecho cuando el amigo le explica lo que habla en sueños. Se siente tan preocupado porque puede perjudicar al matrimonio con sus desvaríos, que, además, no son ciertos, que reclama que lo despierten cuando se ponga a dormir. La redención del protagonista es total: sus malos instintos se han transformado en sentimientos de verdadero cariño hacia el matrimonio, quiere a toda costa que todo les vaya bien. Yo creo que en su final es mucho más feliz de lo que lo fue en su época de esplendor.

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