lunes, 30 de noviembre de 2009

Una tarde de perros


Es el último día de noviembre de 2009 y hace una tarde infernal. Queremos salir, e ir andando hasta el centro para sacar los billetes del tren para ir a León el mes que viene, pero da no sé qué dejar la casa. Hace ya tres días que no salimos y eso se nota porque estamos acostumbradas a andar cada día más de una hora. El viento es lo más desagradable que puede haber. Por la ventana vemos volar las hojas secas de los árboles y las bolsas de plástico que alguien ha dejado en las propias papeleras. Hace falta lluvia, pero ésta no viene.

Hace un tiempo nos vimos atrapadas en una tormenta de granizo que pronto se congeló porque era invierno. Lo pasamos mal porque estábamos lejos de casa y no teníamos paraguas, pero en conjunto fue un día hermoso y para recordarlo hicimos algunas fotos.

miércoles, 11 de febrero de 2009



Cerámica popular de Galicia


Parece que la cerámica rústica de Galicia está perdiendo importancia en los últimos tiempos. No ocurre lo mismo con la extraordinaria de Sargadelos. Los principales centros de la cerámica popular están en Bonxe (Lugo), dedicados a hacer variadas piezas rústicas, muy bonitas; y en Buño, aldea de la Coruña, cuya tradición ceramista es muy antigua. Se conocen documentos del siglo XVI que se refieren a los alfareros del lugar. Los restos de algunas piezas antiguas hacen pensar en una posible influencia celta. Con los años se han ido perdiendo muchos artesanos. Hacen piezas muy variadas: escudillas, platos, tiestos, jarras, ollas, tazas, botijos y algunas más. Unas poco decoradas y otras con bonitos dibujos. En Niñodaguia (Orense), se producen ollas, cántaras, tazas, fuentes, cazuelas para la manteca, tiestos para plantas, botijos, escudillas y jarras. Como hay varios artesanos, cada uno con su propio estilo, las piezas son variadas. Yo tengo jarras de Buño y Niñodaguia, juntamente con otras de las que no sé la procedencia, pero sí sé que son gallegas. Algunas me las han regalado, he comprado otras y un par de ellas estaban en casa de los abuelos. Estas últimas son de color blanco, y se utilizaban para beber el vino. Tengo una muy rara, negra, comprada en una feria y pagada a peso de oro. En apariencia es feísima y eso, unido a ser pieza única en la exposición, creo que fue lo que me decidió a comprarla. En la etiqueta, que no es muy legible, pone algo sobre garantías y que servía para beber el vino.

Jarritas de Teruel



Cerámica rústica y decorada de Aragón


Aragón es tierra de vieja tradición ceramista. En la actualidad queda poco de su antiguo esplendor. En Huesca ha habido una buena tradición de cerámica rústica, pero ya quedan pocos centros dedicados a esta producción. Aparte de la capital, podemos nombrar los centros de Tamarite de Litera, Fraga y Naval. En general la elaboración está dedicada a vasijas, botijos, cántaras, cacharros de cocina como cazuelas, pucheros, escurrideras, jarros y poca cosa más. Las decoraciones son muy sencillas. El centro de Tobed, que tuvo su importancia en otros tiempos, ya ha desaparecido.


Zaragoza y Teruel se han dedicado más a la cerámica artística. Este tipo de cerámica tuvo sus orígenes en la Edad Media y estaba elaborada por los moriscos. Sus centros más importantes son Muel (Zaragoza) y Teruel capital. Muel tuvo su gran momento entre los siglos XVI y XVIII, aunque su origen es más antiguo. Su barro es amarillento con una cubierta lechosa que deja transparentar el color de la arcilla. La serie más suntuosa es la decorada en azul en la que se ve la influencia de Talavera y Cataluña. Sus piezas están más cuidadas que las de Teruel. En los siglos XIII y XIV, Teruel realiza una cerámica en verde y morado, muy parecida a la de Paterna. La cerámica azul comienza a fabricarse a finales del siglo XIV, es de un azul grisáceo. Los motivos ornamentales de decoración, que aún perviven, son animales como el conejo, dragones, vegetales, etc. En la actualidad hay varios ceramistas que se dedican a la reproducción de las piezas antiguas. Esta cerámica es una de las más vistosas y abunda bastante. Se vende en muchas tiendas y centros mayoristas. Elaboran piezas muy variadas: platos, jarras, macetas, juegos de café, botes de farmacia, etc., y en todas se puede observar ese sello especial que la hace tan atractiva. No pasa lo mismo con la de Muel que es muy bonita, pero se ve poco en las tiendas. Podeís ver mi Web: http://www.xtec.es/~isantiag



Cerámica de Valencia


Hay dos centros principales que han estado en el origen de la cerámica valenciana: Manises y Paterna. Manises comienza cuando los reinos de Taifas están muy debilitados y propician la llegada de Granada de un grupo de alfareros árabes con la misión de enseñar su técnica a los hermanos de Valencia. En las primeras piezas utilizaron el reflejo metálico y las hacían muy variadas: escudillas botes de farmacia, platos, candiles, etc. Después se introduce la influencia italiana con la policromía que comporta motivos muy diversos. En el siglo XVIII esta cerámica se ve afectada por la producción de Alcora (Castellón). En la actualidad hay gran variedad de piezas debido a que el número de fabricantes es considerable y cada uno quiere imprimirle su sello particular. Podemos adquirirla en todas las tiendas del ramo de las diferentes ciudades. Por suerte, todavía quedan artesanos que se dedican a reproducir las piezas antiguas, parece que con éxito.Yo tengo unas preciosas jarras de este estilo compradas en distintos centros.


La producción de Paterna empieza en el siglo XIII y hasta el siglo XV coexisten dos tipos de cerámica: una áspera y otra esmaltada. La esmaltada abarca dos periodos:Verde morada hasta el siglo XIV con diversas piezas decoradas con animales, plantas, formas geométricas y figuras humanas.Serie azul a continuación de la anterior. Cambia el color, pero las formas y los adornos son los mismos que en el periodo anterior. Las piezas mejor decoradas son los botes de farmacia. Esta cerámica se parece extraordinariamente a la de Teruel. Tengo una jarra larga y dos pequeñitas que imitan muy bien los modelos antiguos que he visto en algunos museos.

martes, 10 de febrero de 2009

Las mejores cerámicas populares


Cerámica popular de Salamanca
Alba de Tormes
Dentro de Salamanca es Alba de Tormes el mayor y más conocido centro de producción de cerámica. Son piezas de gran tradición y que, con el tiempo se han ido elaborando más y mejor, en formas, esmaltes, y dibujos. Sus artesanos producen de todo: cacharros para servir la mesa como ensaladeras, fuentes, fruteros, jarras etc. En la actualidad han conseguido, no sé cómo pueden hacerlo, unos complicadísimos barriles de filigrana. En los platos también se observa un gran trabajo, pero parecen más fáciles de elaborar que los barriles. Tengo algunas jarras y platos con unos dibujos muy bonitos.En algunas exposiciones de antigüedades he visto piezas de esta cerámica como figuras de un cierto valor.

Los viejos alfareros


Cerámica popular de Zamora

Pereruela y Moveros
son dos pueblecitos de la provincia de Zamora que tienen gran tradición alfarera. El primero ha producido y produce muchas piezas que se han utilizado en las cocinas de la zona para hacer unos exquisitos guisos. Aguantaban bien el calor de las cocinas económicas de antes, alimentadas, en unos casos, con carbón y, en otros, con leña. También tienen unos hermosos hornos. Éstos se utilizaban en otros tiempos para cocer el pan amasado en las casas de los campesinos. En la actualidad esas piezas son expuestas en las diferentes ferias del ramo y parece que todavía hay gentes que compran los hornos para cocer el pan que elaboran en su propia casa.Moveros produce una cerámica más clara, sin ningún tipo de barniz. Desde antiguo, la han elaborado principalmente las mujeres que transmitían sus conocimientos de madres a hijas.
No hace muchos años que todavía se empleaban los mismos procedimientos que antaño: las mujeres no se sentían atraídas por las técnicas de los tiempos modernos. Sus piezas no son muy variadas, pero sí sobriamente hermosas y originales, de las más elementales y remotas de la península. Su arcilla es de gran plasticidad. Parece que en los últimos tiempos esta cerámica está en auge: yo he visto en algunas tiendas, de distintas ciudades, piezas de Moveros utilizadas como elementos decorativos.

Cerámica popular de León

Jiménez de Jamuz es el centro más importante de producción de cerámica de la provincia de León. Es un pueblo que ha tenido siempre una gran tradición alfarera.Su cerámica es del color del barro, unas veces barnizada y otras no. Todo el pueblo, pequeño, cerca de la Bañeza, ha estado siempre dedicado a la producción de cacharros. En cada casa había, hace años, uno o varios artesanos.Las piezas son muy variadas: botijos para beber el agua fresca en el verano, cántaros para acarrear el agua desde las fuentes cuando no la había en las casas, jarras y porrones para beber el vino de la cosecha, tiestos, con sus platos, para las plantas de interior, escudillas para comer las sopas de ajo, típicas de aquella zona y muchos más objetos que en la actualidad los han ido ampliando y algunos alfareros se han decantado por la elaboración de piezas de cerámica más artística.
La cerámica de Jiménez fue la primera y única que yo conocí durante muchos años. Todos los domingos, día de mercado, venían los alfareros de Jiménez a vender sus productos a mi pueblo y yo gastaba el poco dinero que tenía en la compra de preciosos cacharritos. Cada uno valía dos reales y esa módica cantidad costaba trabajo de reunir.
No sé si hubiera tenido esta gran afición de no haber sido por los llamados cacharreros de Jiménez. Recuerdo que vendían sus piezas muy baratas. Los tiestos eran preciosos, barnizados, de varias formas y con su plato haciendo juego. A mí me volvían loca y no paraba de decirle a mi madre que me comprara.En León hay, en la actualidad, una tienda en la que venden todo tipo de piezas iguales a las que se hacían hace muchos años y que se compraban para hacer uso de ellas. Las de ahora se adquieren para adornar y coleccionar. En la feria de Argentona vimos a unos alfareros que exponían piezas modernas de la Bañeza. Hablamos un rato con ellos y nos dijeron que eran todos descendientes de los artesanos de Jiménez, que querían innovar haciendo piezas más modernas, que habían tenido mucho éxito en las diferentes ferias a las que habían acudido, etc.

El libro de un autor ya olvidado

Marcos Villarí de Bartolomé Soler
Bartolomé Soler nació en Sabadell en 1894 y murió en 1975 en Palau de Plegamans. Es un buen escritor injustamente olvidado. A los dieciocho años emigró a Argentina y recorrió varios países del entorno. Trabajó como actor y esto le animó a escribir obras teatrales: El honor de los hombres, Al sol de Castilla o Tierra de fuego. A los veintitrés años volvió a España lleno de experiencia. Ganó el Premio Nacional de Literatura por "La selva humillada". Por "Patapalo" obtuvo el premio Ciudad de Barcelona. Esta obra retrata la auténtica soledad del hombre. Me impresionó mucho cuando lo leí hace muchos años. Otras obras: Marcos Villarí, Mis últimos caminos, La llanura muerta, La vida encadenada, etc.
Marcos Villarí es uno de los libros más impresionantes que he leído. Es la primera obra del autor y parece que tuvo muchos problemas para que se la publicaran, aunque, una vez a disposición del público, tuvo una gran acogida y se hicieron varias ediciones en poco tiempo. Aunque está escrita en castellano el lenguaje recoge el espíritu del campo catalán porque el autor emplea muchas palabras locales. Retrata la vida de una familia de masoveros en los primeros años del siglo XX.
Marcos Villarí es el cabeza de familia y verdadero puntal de la misma. El matrimonio tiene tres chicos y una chica, el varón mayor es el hereu y la chica es la noia. Trabajan en una masía de Palau de Plegamans, un pueblo cercano a Sabadell, a Granollers, a Caldas de Montbui y a otros pueblos menos importantes. El autor conocía muy bien esa zona porque no en vano había nacido allí y pienso que en esos conocimientos se basaría para crear el extraordinario personaje.
La vida en la masía, como todas situada en las afueras del pueblo, transcurría plácidamente, las cosechas eran abundantes y daban trabajo a varios hombres. De la casa se ocupaba la mujer y la hija en el momento que tuvo edad. Se nos habla de que dos veces a la semana iban con un carro lleno de verduras y otros productos como aves, huevos, etc. a venderlo todo a los mercados de Sabadell y Granollers, y de esas ventas sacaban muy buenos dineros. Las cosas empezaron a torcerse cuando uno de los niños pequeños se ahogó en el río un día de fuerte tormenta. El padre lo sacó con peligro de su vida, pero ya muerto y, a pesar de su dolor, aceptó la desgracia con resignación y se dedicó a levantar el ánimo de los otros hijos y de su mujer que se sentía hundida. Siempre decía que “Dios es Dios”, para indicar que nada se podía hacer ya y que era inútil rebelarse. En la casa vivía un pastor de setenta años, que todavía pensaba trabajar muchos más y que veía peligrar su futuro cuando los hijos fueran un poco mayores, por lo que le comunicó a Marcos que debía marcharse a buscar un acomodo más duradero. La respuesta del amo no pudo ser más humana: no sólo le garantizaba el puesto para trabajar sino también el de reposo hasta su muerte. Cumplió su palabra y, a pesar de que el pastor tenía hijos, Villarí se hizo cargo de todos los gastos de la enfermedad y del entierro.
Un día de mercado la madre no quiso volver a casa con sus hijos en el carro porque quería cobrar una deuda en ese pueblo y no sabía cuanto tiempo tardaría en ventilar el asunto, eran varios kilómetros de camino, no siempre de carretera, pero la buena señora era muy animosa y no temía ni al cansancio ni al peligro de andar sola, pero sí que lo hubo y de sus consecuencias se derivó una gran desgracia para toda la familia: fue salvajemente violada, a pesar de su lucha, por un mendigo de muy mala catadura. La pobre señora, todavía joven y de muy buen ver empezó a decaer y no levantó cabeza hasta su muerte. Sólo supo de su desgracia el marido, que hizo todo lo posible para encontrar al culpable. A los hijos les dijeron que un mendigo la había querido robar y de ahí el aspecto tan deplorable con el que llegó a casa. Durante bastante tiempo el matrimonio recorrió ferias y mercados en busca del hombre, pero ninguno fue reconocido por la víctima. Marcos hizo correr la voz de que en su masía todos los pobres tendrían un lugar para dormir y un plato de comida y fueron muchos los que acudieron, todos examinados por la señora, pero a ninguno reconoció. Este reconocimiento hubiera quizá paliado los sufrimientos de la mujer, pero llegó un momento en el que sus facultades iban quedando mermadas y llegó a confundir a personas del pueblo con el mendigo, lo que hizo desistir a Marcos de continuar la búsqueda.
Mientras tanto el hereu se había comprometido con una chica guapa y hacendosa de otra masía y le llegó el tiempo de entrar en quintas, algo terrible en aquella época, pues si les salía un número bajo tenían que cumplir tres años de mili. La gente de dinero pagaba una gran cantidad para poder librar a sus hijos de esta servidumbre, pero en la masía de Marcos las cosas no iban bien y no había dinero, todo lo tenían que fiar a la suerte que, en este caso, les fue adversa. Ellos lo aceptaron bien mientras el chico estuvo en la península, pero, poco tiempo después lo llevaron a África a participar en una de las guerras con los moros. Fue herido y de resultas de ello murió. El pobre padre sólo recibió una comunicación del alcalde y a aguantarse. La madre ya estaba tan mal que no se enteró de esta pérdida. La menos resignada fue la novia, el propio padre pensaba que ahora ya no encontraría otro pretendiente y no se atrevía a darle la noticia, fue Marcos quien lo hizo de tal manera que la chica lo fue aceptando. La fortaleza moral y física de este hombre era asombrosa. No tardó mucho tiempo en comprometerse la novia viuda con el otro hijo, que había pasado a ser el hereu, un poco más joven que ella, pero que aceptó de muy buen grado suplir el lugar del muerto. En ello jugó un decisivo papel la hermana, una chica fuerte, guapa, trabajadora, que no pedía nada para ella y que se sentía feliz si los demás lo eran. No tenía buenas perspectivas de encontrar un buen marido y no se preocupaba por ello. La boda se celebraría después del sorteo de las quintas, aunque en este caso el chico no cumpliría la mili porque el padre pensaba juntar el dinero necesario para librarlo en el caso de que le saliera un número bajo. La madre murió antes de la boda, estuvo en todo momento rodeada de sus hijos y marido. A pesar del tiempo transcurrido y de que había perdido parte de sus facultades mentales, ya casi sin voz, preguntó a su marido a ver si aquello no lo sabía nadie y quedó tranquila con la respuesta. Nadie más que ellos dos lo supo. El sufrimiento de la pobre mujer tuvo que ser espantoso. En estos tiempos hubiera aparecido el culpable y ella hubiera recibido el tratamiento adecuado para superar el trauma. Se nos dice en la novela que si los mendigos hubieran conocido el delito de uno de los suyos, no hubieran parado hasta encontrarlo, aunque hubiera cambiado de región. Ni siquiera Marcos se lo contó a los médicos, nada hubieran podido hacer, pero al menos hubieran conocido la causa de aquel terrible deterioro.
Durante la época de la búsqueda del mendigo por parte de los dos, la hacienda quedó bastante abandonada y hubo algunos palauenses con ganas de que echaran a los masoveros para meterse ellos. Las cosas estaban tan mal que incluso vino el dueño desde Barcelona a pedir explicaciones sobre tan escasas cosechas. Marcos no perdió la calma, ni siquiera cuando se vio amenazado de desahucio, e intentó explicarle las causas de todo, cosa que el hombre entendió y le dejó las tierras en arriendo por una razonable cantidad al año.
Esta familia era como las plantas que se rehacen después de sufrir una granizada, tuvieron altos y bajos, pero ahora estaban en época de subida: las cosechas se daban bien y estaban superando la falta de la madre. Poco antes del casamiento del segundo hijo, se había librado de la mili por sacar un número alto y ya no había ningún impedimento, vino a pedir cobijo un mendigo con una aparente mala catadura. Los hijos creían que podía ser el malhechor, pero el padre, a pesar de que también lo pensaba, les dijo que no se podía culpar a nadie sin pruebas. Con hábiles preguntas fue conociendo la vida del hombre, le faltaba una mano que pudiera haberla perdido a consecuencia de la mordida que le propinó la víctima, pero el mendigo fue contestando a todo de forma tan convincente que Marcos lo acogió en la masía y fue uno más hasta el final. Era un hombre que había viajado mucho, procedía del Priorato, que sabía contar bonitas historias que encantaban a todos los habitantes de la masía y hasta a la gente de fuera, que acudía allí por el mero placer de escucharlo. A pesar de su invalidez intentaba ayudar en todo lo que podía y todos le tomaron un gran afecto.
Ya faltaban pocos días para la boda, era el mes de diciembre y los hermanos se fueron con el carro a Sentmenat a buscar unos muebles que habían comprado a un matrimonio que iba a emigrar a América, y a la vuelta, pasando por un lugar peligroso, el carro volcó y los chicos murieron. Hasta aquí Marcos había sido el hombre que aceptaba la voluntad de Dios, igual que un santo Job, pero ante tamaña desgracia, el hombre se rebeló, tiró al fuego una cruz de madera con un cristo que había en la masía y que unas mujeres pusieron al lado de los muertos. Impidió con su fuerza que uno de los presentes la rescatara y todos los que allí estaban se marcharon horrorizados temiendo ser castigados por la divinidad tan ofendida. Marcos estaba tranquilo, salió al exterior, era de noche y allí se le acercó el mendigo que lo abrazó y que le suplicaba que no se marchara, pero todo fue inútil. Marcos iba a emprender su último viaje. Lo encontraron a los pocos días ahogado en el río. El mendigo fue el heredero de lo que había en la masía y pudo vivir con más holgura en su tierra del Priorato.
Los nuevos masoveros no pudieron conseguir que la propiedad llevara su nombre, siempre fue conocida como Can Villarí.
Dentro de los hechos tan dramáticos que nos narra el autor, nos vamos enterando de la forma de vida de aquella sociedad, mucho más estructurada que la nuestra. El masovero, sin ser dueño de las tierras, tenía independencia para hacer las cosas como mejor le pareciera. Incluso podía arrendar parte de la heredad, siempre que satisficiera al amo en lo convenido. Da la impresión de que la mayoría de dueños percibían sus rentas en especie y eso les hacía, a veces, echar algún viaje desde Barcelona, en donde residían, para vigilar el cuidado de las tierras. El hereu recibía la herencia de esas tierras y los otros hermanos tenían que buscarse la vida por otra parte o, quedarse con el hereu, pero siempre bajo su mando. Las chicas, si no se casaban, lo tenían difícil, pues tenían que quedarse en la casa paterna haciendo de criadas de la jove, el nombre que recibía la mujer del hereu.

Comentarios sobre Galdós

Benito Pérez Galdós: Lo prohibido no es una obra menor
Lo prohibido es una novela no tan conocida como otras del mismo del autor, pero no por eso de menor calidad. A mí me gusta muchísimo, la he leído ya varias veces y siempre he encontrado motivos para volver a emocionarme.
Es la segunda vez que leo este libro. Según la crítica es su obra más naturalista, dice muchas cosas, en la actualidad algún autor describiría esos hechos en clave pornográfica, pero Galdós, que no se recata en narrar adulterios, pasa con mucha discreción sobre los actos fisiológicos que esas actuaciones comportan. En este libro no se mete con la Iglesia y no hay ningún personaje verdaderamente fanático que haga el mal a otros como en el caso de “La familia de León Roch”, o “Doña Perfecta”. La familia y los amigos tienen sus vicios, pero son humanos y el protagonista es querido y atendido por todos ellos cuando llega la hora de la verdad. Éste es un hombre que no se arredra ante nada para seguir sus instintos. Normalmente no tiene problemas para conseguir lo que se propone, pero no es constante y, cuando lo que quería, ya lo ha conseguido, le dura poco el entusiasmo y se fija en aquello que más le está vedado. Dice que sólo quiere lo prohibido y, en este caso, lo prohibido siempre lo estará para él porque se encuentra con una persona sencilla, nada remilgada, pero que sabe lo que quiere y dónde está su puesto. No la puede tentar con riquezas porque no las ambiciona, disfruta con conseguir las cosas a base de sacrificios. El matrimonio es víctima de la calumnia y aunque ni ella le ha faltado, ni él ha consentido, sufren las consecuencias. Por fortuna los dos son sensatos y se mantienen unidos. Son buenos y, cuando su perseguidor los necesita, lo atienden abnegadamente en su terrible enfermedad. Los dos personajes están muy bien retratados y a mí me parecen entrañables. Las dos hermanas, que desprecian a la pequeña, no le llegan a la suela del zapato. Una está tan dominada por el lujo, que no duda en venderse sucesivamente a varios hombres, con tal de continuar y ampliar sus desmedidos derroches. Llegó un momento en el que comprar todo lo que se vendía en las tiendas caras no le parecía suficiente porque eso lo podía conseguir cualquiera con dinero, ella quería cosas exclusivas como un Rembrant o un Velázquez, etc. A pesar de este descarriamiento, la mujer tiene sentimientos y no duda en venderse a un tipo que le era especialmente repugnante, había confesado que prefería entregarse a un batallón de soldados antes de caer en las garras de ese orangután, a fin de conseguir el dinero que le faltaba al primo para saldar sus apremiantes compromisos. La otra hermana tiene menos papel, es más vulgar. Se siente muy satisfecha de cómo es, de los bienes que posee, de su marido, hombre práctico, pero menos atractivo que el primo, que, en el fondo, es el que la atrae de verdad. Podríamos decir que es una hipócrita. No tolera, no quiere aceptar que su hermanita, un poco loca, muy inferior a ella, haya podido resistir los envites del seductor. No obstante, también ella acude a salvar al primo con lo que puede reunir, eso sí, previa firma de un recibo en el que no le exigirá intereses.
Galdós tiene frases muy atinadas a lo largo de la obra como el sentimiento que expresa el protagonista después de aceptar, bien es verdad que a la fuerza, el dinero del deshonor: algo así como “es duro recibir un favor y no poder agradecerlo”; o el dicho de Camila a su intento de no expresar sus pensamientos: no los dices pero los tienes. Él se da cuenta de este hecho cuando el amigo le explica lo que habla en sueños. Se siente tan preocupado porque puede perjudicar al matrimonio con sus desvaríos, que, además, no son ciertos, que reclama que lo despierten cuando se ponga a dormir. La redención del protagonista es total: sus malos instintos se han transformado en sentimientos de verdadero cariño hacia el matrimonio, quiere a toda costa que todo les vaya bien. Yo creo que en su final es mucho más feliz de lo que lo fue en su época de esplendor.