viernes, 27 de junio de 2008

Me gusta leer

La afición a la lectura me viene de pequeña. En mi casa no había libros, pero yo devoraba todo lo que caía en mi poder. La enciclopedia "Álvarez", el libro de estudio que servía para todos los hermanos, me sirvió para aprender muchas cosas, sobre todo los temas de historia, tanto la sagrada como la profana, que después me fueron de gran ayuda en el bachillerato elemental. Eran unos planes de estudio muy diferentes a los de ahora. Algunos cuentos y muy pocos libros buenos cayeron en mi poder, pero todos fueron leídos con el máximo interés. Cuando tenía dieciocho años se abrió una buena biblioteca, teniendo en cuenta la época, en mi pueblo y yo fui de las más asiduas. Me impresionó mucho "Gloria", de Galdós. Narraba los desgraciados amores de los protagonistas, una joven católica y un apuesto judío. La familia de los dos rivalizaba en intransigencia y no cejaron hasta conseguir la destrucción de los chicos. Ella murió después de arrebatarle a su hijo y él no duró mucho más. La edad de la protagonista, entonces, era la mía y lloré a raudales. No podía entender la cerrazón de aquella gente, pues preferían ver muerta a la chica antes que unida a un judío. En mi madurez lo volví a leer y ya no me impresionó tanto. Nadie como Galdós para denunciar el fanatismo religioso.

Ahora tengo una buena biblioteca y me dedico a releer libros y para que no se me olviden hago un resumen del argumento y estudio la vida del escritor. He encontrado cosas curiosas como que hay autores que han sido olvidados, a pesar de su buena calidad literaria. Entre ellos puedo contar a Bartolomé Soler. Encuentro todos sus libros de una gran calidad. Lo mismo puedo decir de Jacinto Grau, un extraordinario autor teatral.

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